He estado viendo en Youtube algunos vídeos, de corta duración, sobre el pintor belga Joachim Patinir, de obra veermeriana, apenas treinta cuadros, algunos de los cuales están colgados en el Museo del Prado. Me ha sorprendido que la mayoría de las filmaciones apenas habían sido vistas por dos mil personas, en el mejor de los casos.
Inmediatamente después he buscado en YouTube el término «pedo». «Super pedo de hipopótamo» tiene 200.000 visualizaciones: «Bebé se asusta de su propio pedo, …Buenísimo!», 366.000, y «Los pedos animan a la gente», más de 2 millones de visualizaciones. Viendo dónde está hoy realmente la alta cultura, a la altura de un pedo, y esa falsa repercusión que nos han dicho que tiene Internet -un museo con varios millones de visitantes anuales sólo genera para sus interesantes videos dos mil visitas- es difícil, aunque lo intentemos con todas nuestras fuerzas, no ponerse del lado de aquellos que piensan que esto no tiene arreglo.
Vivimos no una burbuja cultural, sino la explosión pútrida de un gran peo, y de los buenos, de los que huelen a mierda y a morcilla mal digerida.
Antonia Moreno
Es una suerte este tiempo en el que desde el sillón de tu casa puedes viajar por el mundo, visitar museos y tener grandes noticias sobre cultura, sobre los grandes hallazgos del hombre. Recuerdo cuando consultar libros en la biblioteca era una odisea, embargados en la búsqueda por casilleros durante horas, còdigos, títulos que no estaban, autores que faltaban, o que los habìan cambiado de sitio, etc. Lo lento que resultaba todo. Ahora hay conexiones ágiles que nos permiten esa intertextualidad tan ansiada, el aleph. Todo al alcance, basta con elegir lo uno o lo otro, lo banal o lo esencial. Ha sido una delicia pasear por El Prado y escuchar a los expertos en Goya, Patinir, Durero… , talentos cuya visión del mundo ha hecho que avancemos. Quien descubre esos destellos no se conforma con vulgares pasatiempos. Gracias por compartir estos hallazgos.