Esta guía visual sobre el París de Truffaut es una delicatessen para los viciosos de su cine. Es un libro de fan que recorre fotográficamente, hoy, lugares que el francés fijó en sus películas más emblemáticas. París siempre luce bien en imagen, pero produce una evidente fascinación ver el detallismo con que Arturo Barcenilla ha fotografiado, intentando respetar al máximo el ángulo de la película en que se incluían -y calcando en ocasiones el fotograma original- los bulevares, plazas y rincones de París por los que se paseó Antoine Doinel, ese niño que siempre parecía tener frío, ese personaje que donó al actor Jean Pierre Leaud su propia personalidad. El apartamento en el que Doinel recibía a Fabianne Tabard, «Fabianne Tabard, Fabianne Tabard, Fabianne Tabard», la fascinante Delphine Seyring, en realidad la habitación 39 del Hotel Avenir Montmartre; el patio de vecinos, en el 133 de la rue de Sevres, en el que años después montó un negocio, coloreando flores; la tienda de discos de El amor en fuga; el Studio des Ursulines, al que acudían Catherine, Jules et Jim para ver una obra de teatro, y cine en el que Buñuel estrenó Un perro andaluz. Montones de paisajes cinéfilos que Barcenilla detalla comparando las imágenes actuales con las del filme, incorporando el minutaje de la secuencia en que se encuentran y diversos datos sobre el filme, además de mapas finales para recorrer, en la cartografía mítica de París, esa otra cartografía sentimental y añorada que Truffaut acertó a dibujar.
Quizás hoy sus películas se vean poco, y algunas han perdido algo de lustre, seguramente porque los nuevos cinéfilos quieren menos a Truffaut de lo que lo hizo la generación cinéfila de los sesenta y setenta. Truffaut, cuya infancia es una de las más tristes que se pueden imaginar, se pasó la vida buscando cariño, comprensión, aceptación de sus numerosas contradicciones. Si no se ven sus películas con esa disposición «amorosa», el regalo que recibimos de ellas es humilde.
Su filmografía, vista del tirón, deparará muchas sorpresas. Hay en ellas obras maestras como La piel suave, La mujer de al lado o La historia de Adele H., poco conocidas, junto a otras míticas, como El pequeño salvaje, Jules et Jim o La noche americana.
También hay rincones apacibles que revisitar gracias a este libro fanático en el que puede comprobarse que muchos de los lugares retratados hace cincuenta años siguen como entonces: las mismas fachadas, parecidos bancos, incluso negocios que aún permanecen, inmunes a las crisis y las décadas. Como si no hubiese pasado por ellos la nouvelle vague y veinte estilos cinematográficos más, como si no hubiese pasado tanto tiempo, como si Truffaut todavía estuviese vivo, al estilo de Godard, su enemigo íntimo.
Truffaut/París
El París de las películas de François Truffaut
Arturo Barcenilla Tirapu
T&B Editores
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